domingo, 24 de mayo de 2020

Coronavirus, nueva cuarentena.

Bueno, como se suponía el Tío renovó el periodo de aislamiento hasta el 7 de junio y como se esperaba desplegó una serie de filminas para respaldar las bondades de las decisiones tomadas por su gobierno, nuevamente apareció junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires a su izquierda y al intendente de la Ciudad de Buenos Aires a la derecha, en una foto que en el barrio se diría que es para la gilada, porque ninguno cree lo que dice el otro y se desconfían entre ellos.

Cada uno fiel con su personalidad, el Tío expuso como un profesor universitario, el Chiquito sin perder la oportunidad de dar su discursito político barato y el Pela tratando de quedar bien con los otros dos, a veces siendo, a mi parecer, un poco obsecuente con la figura presidencial.



Sin duda el 7 de junio se renovara y así sucesivamente hasta la primavera y a esta altura de los acontecimientos ya me conformo con que el día de mi cumpleaños pueda reunir a un pequeño grupo de íntimos, tomar unos vinos, comernos un asadito y reirnos hasta que la luna deje de iluminar.

Ahora bien, volviendo al tema de la renovación de cuarentena o de su prorroga también es discutible, porque renovar significa restablecer o reanudar algo y en este caso, en el territorio que se denomina “Amba” no se renueva nada, al contrario, se vuelve para atrás, en cuanto al transporte se vuelve al día uno de cuarentena momento en el que únicamente podían hacer uso del transporte publico los trabajadores de actividades esenciales y en cuanto a la apertura de comercios también se vuelve para atrás ya que seguramente habrá comercios a los que no se les permita su apertura en ciertas zonas de la Ciudad de Buenos Aires.

Como dije en otra oportunidad me asusta que nos acostumbremos a que esta situación anormal que estamos atravesando se vuelva normal y mas aun cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires anuncia la obligatoriedad para circular del uso de la aplicación Cuidar justo después que en la semana pasada, en una planta automotriz, haya declarado con la elocuencia que lo caracteriza y con asentimiento del Tío…. “Muchos quieren volver a la normalidad con esos discursos de la economía. Quiero decirles que la normalidad que conocemos no existe mas. No se puede volver. Es un sueño, una fantasía, un suicidio colectivo”.

Despacito, despacito, sin prisa y sin pausa, el proyecto político de la señora sigue avanzando ….



sábado, 23 de mayo de 2020

El Coronavirus y la nueva normalidad

Mucho se habla de los nuevos tiempos y de los cambios que este virus ha producido en la sociedad y me asustan, me asusta la nueva normalidad o que nos acostumbremos a ella. Me da miedo que se normalice el no poder estrechar una mano, no poder abrazar y besar a los padres, familiares, amigos, compañeros de trabajo, no compartir un mate o después del partidito de futbol semanal no tomar entre todos una cerveza, una gaseosa o simplemente un agua, pasándose la botella  de mano en mano. De a poco nos vamos acostumbrando, hace unos años los apasionados por el futbol hacíamos marchas porque sin hinchada no se jugaba, sin embargo, despacito, nos fueron alejando y ya ahora nadie cuestiona que no haya hinchas visitantes en las canchas y nos conformamos con poder verlo por televisión y lo mismo ha pasado con otros temas.



 
Lo mas preocupante es que nos acostumbremos  a esperar, como Mia y Cuervo, sentados en un sillón que el Tio nos autorice a salir a la calle, cuando podemos ir a trabajar y en que medio de transporte podemos hacerlo, que días podemos compartir una caminata con nuestros hijos, siempre que tengan menos de 15 años, indicando con precisión porque lugar podemos hacerlo y por cuanto tiempo. En que momento, finalmente, podremos ir a un restaurante, a un gimnasio, al teatro, al casino, de vacaciones o a una peluquería. Al igual que el mejor de los ilusionistas, el gobierno nos hace mirar hacia un lado mientras hace el truco por el otro, nos muestra con filminas su buen accionar y la tragedia que sus decisiones ha evitado y por el otro aparecen cuadernillos que se reparten en colegios, avances sobre la justicia, liberación de delincuentes y políticos corruptos, proyectos de ley discutibles, aumentos miserables a jubilados, ideas estatizadoras de ciertas empresas privadas, monitoreos a traves de aplicaciones, etc, etc.... 

El coronavirus no me causa temor, lo que me intranquiliza es la progresiva injerencia del estado en la vida cotidiana de los ciudadanos y en sus libertades y derechos individuales, como ya se vio con otras cosas, despacito, despacito…….