lunes, 29 de junio de 2009

Por qué Cadrijuela???


Cadrijuela es un pueblito de Asturias, con categoría de aldea, perteneciente al municipio de Cangas del Narcea, según el censo del año 2006 contaba con 38 habitantes (19 mujeres y 19 hombres), y por lo que tengo entendido no cuenta con hoteles, posadas, bares, restaurantes, tiendas ni atracciones turísticas.

Yo estuve allí en el mes de abril de 1984, tengo solo algunos recuerdos, muy vagos por cierto, pero recuerdo situaciones como estar paseando con las vacas junto a los tíos Josefina y Enrique y a este reírse cuando yo exclamaba: ¡Ven, toma, ven!, me sentía todo un rico y poderoso hacendado.
También recuerdo estar, con mis primos y tíos, en la casa donde nació y se crió mi madre, el lugar donde vivió muchas mas alegrías que tristezas, lugar que siempre tiene presente y que al relatar las historias vividas con sus padres y hermanos no deja de emocionarse.

Pero lo que mas me impacto es estar sentado en el campo y mirar todo alrededor y poder escuchar el envolvente sonido del silencio y la paz que esto transmite, sentir el poder de la inmensidad, la cercanía con el cielo, la sensación de libertad, nunca me cansare de agradecer la oportunidad que tuve de experimentar todo aquello, definitivamente Cadrijuela es el lugar mental donde decidí albergar mis ideas, mis pensamientos, mis dudas, mis miedos, mis conflictos, es simplemente .....
Mi lugar “virtual” en el mundo.

viernes, 19 de junio de 2009

Que significa ... Ser Padre

Sabrás lo que es ser Padre cuando comprendas que el fruto de tu sueño es ahora una realidad palpitante, ternura en piel viva y mirada inocente ante tu regocijo. Conocerás la dicha de ser padre cuando entiendas que tu sueño ya jamás será completo, cuando sepas del llanto de la madrugada, de tus largas ojeras y la satisfacción de ver a tu renuevo tranquilamente dormido, aunque tú no lo puedas hacer. Únicamente sabrás lo que es hacerse padre cuando radiante pasees a tu hijo en su dorado cochecito, le hables aunque sepas que no te entiende aún y lo veas descubriendo asombrado cada pequeña cosa que constituirá su primera lección de filosofía.

Sabrás lo que significa ser Padre cuando en la noche corras por esa medicina que necesita para aliviar su fiebre, al llevar la cuenta de sus vacunas y cuando de puntillas te acerques a su cuna a escuchar su respiración, acompasada y feliz. Cuando por primera vez te diga papá, ría cuando lo lances al aire y no sienta el peligro porque tú le das seguridad con tu sonrisa, cuando le impulses a dar sus primeros pasos, inequívoca señal de que empieza el camino hacia su destino y corras detrás de su bicicleta donde afanosamente pedalea los primeros caminos y distancias del peregrinar futuro de su vida. Sabrás la maravilla que posees cuando lo lleves por vez primera a la escuela y veas sus ojos llorosos porque no quiere separarse de ti y sientas el alma adolorida al alejarte dejándolo en medio de otros egoísmos que, sin embargo, le enseñarán a ser compartido. Cuando te muestre sus primeros garrapateados dibujos, incipiente Picasso que prelude en ellos el afán por la belleza que se esconde en su corazón. Y sobre todo cuando se abrace a ti, tomando tu mano simbolizando con ello la confianza de tu fortaleza, que le dará seguridad en su andar.

Sabrás lo que es ser Padre cuando reclame tu tiempo y tu tengas que buscarlo y encontrarlo en donde puedas, cuando lo lleves al circo y a la playa y al paseo cansado pero gratificante, cuando juntos sueñen en las vacaciones en que ambos se pertenecerán por completo, cuando le enseñes a jugar y a llenar rompecabezas y juntos caminen por el parque cualquier tarde esplendorosa de abril. Comprenderás la maravilla que Dios te concedió, cuando te rete con sus primeras preguntas y de momento no sepas cómo contestarlas, cuando le ayudes a escribir la carta a Papá Noel y esperes la vigilia de la Navidad con el ansia compartida de una nueva niñez tuya y descubra en tu abrazo, en tu caricia y en tu beso incondicional, cuánto le amas.

Sabrás lo que es ser Padre cuando lo lleves a que toque a Dios por primera vez, le enseñes a rezar por todos y sienta que tu cariño es algo en lo que puede confiadamente descansar. Y cuando ves que va creciendo y tú lo acompañas, va avanzando y tú estás a su lado, y se va haciendo adolescente y en ese proceso tú no lo dejas, por duro que sea el ver que poco a poco se desprende de ti, para ir en busca de sí mismo. Sabrás lo que es ser padre cuando oigas el reclamo inesperado y su deseo de independencia. El día que deje de acompañarte, porque sus amigos lo esperan y sientas que tu corazón se estremece, porque el día llegó antes de lo que pensabas y sientas profundamente que así debe ser, porque es el precio que pagarás por el aprendizaje de su vuelo definitivo.

Y finalmente sabrás lo que es ser Padre cuando un día tu hijo tenga que partir para estudiar en otro lugar, o a un trabajo distante y la nostalgia consuma las horas que antes feliz disfrutaste en su compañía y quizás sea el teléfono o el internet la lejana liga que te una a él. Y sobre todo cuando alguien venga y lo lleve de tu lado para perseguir otro arco iris, el de su propia vida, compartida con alguien a quien amará y tú deberás aceptarlo, porque esa es la ley de la vida y tu hijo te fue solamente prestado por un tiempo.

Entonces sabrás lo que es saberte Padre.
Que no estudiaste para ello, pero lo viviste y lo seguirás viviendo. Y el regocijo que eso te proporcionará deberá entonces ser mayor que el dolor que supone el sentir que algo muy tierno se despide de tu alma. Pero es sólo entonces que podrás saber con plenitud, la maravillosa experiencia, regalo de Dios vivo, que es saberse padre.

Autor: Rubén Núñez de Cáceres

viernes, 12 de junio de 2009

Te Necesito, Necesitame.


Dicho así parece una frase cómica dicha por el personaje de Francisco de Narváez en la casa del Gran Cuñado, sin embargo es una gran verdad.

Continuamente necesitamos del otro y si no lo reconocemos significa que no hemos aprendido nada y estamos muy enfermos, no afectados por el dengue ni por la gripe porcina, tenemos una enfermedad que ataca el alma y esto amigos no se cura cancelando vuelos, instalando un hospital de campaña en el aeropuerto, suspendiendo las clases, asistiendo al medico ante la menor duda, regalando barbijos, preservativos, termómetros ni pañuelitos descartables.


Es una enfermedad silenciosa que nos va distanciando de los demás convirtiéndonos en sujetos aislados, indiferentes, superficiales, independientes emocionalmente, haciéndonos creer que somos personas fuertes y aptas para vivir y desarrollarnos por nosotros mismos en una sociedad que reconoce mas al exitoso mediático que al sabio, al “cumbio” que a un investigador, al futbolista estrella que al trabajador que lucha todos los días para mantener una familia con los bienes que su magro salario puede adquirir.

Cuando nacemos, necesitamos el cuidado, la ayuda y el amor de nuestros padres, a medida que crecemos y vamos siendo capaces de cuidar materialmente de nosotros mismos, necesitamos de la ayuda, la comprensión, la contención, la compasión y el amor del otro expresado de mil maneras distintas. Necesitamos de la pareja, de familiares, de amigos, de vecinos, incluso de los adversarios porque ellos nos permiten mantenernos alertas y motivados para seguir creciendo, necesitamos de las emociones que los otros nos pueden provocar.

Volvamos a empezar, volvamos a cuidar el alma.

Necesitame, Te necesito.